Acapulco de Juárez, Gro. Méx. a 3 de Mayo del 2010
Publicado Por:
Emilio Nahín Rojas Madero
Ángel De Resurrección
Ángel es esa mujer,
Así la nombre yo;
Al entregarme su
ser,
El despertar de
este muerto se oyó.
Antes de su
llegada,
Con el alcohol y el
suicido;
Me encaminaba a la
nada,
Mas su amor me
reanimaba.
El tiempo que
pasamos juntos,
Tal vez fue algo
efímero y fugas;
Mezclando éstos
nuestros cuerpos,
Mas no la olvidare
jamás.
Me contó de su
vida,
La cual deseaba
escuchar;
Mas le prometí
privacidad,
Por ello la evito
divulgar.
Prometí no
prometerle,
Para su corazón no
lastimar;
Pero solo deje una
jaula abierta,
Porque hoy no la
puedo recuperar.
Recuerdo las noches
aquellas,
En que sus senos
tocados por mis labios;
Se sentían llegar a
estallar,
Un grito de su
garganta se hacía escuchar.
Que decir de
aquellas ocasiones,
En que en su
vientre me ahogue;
Degustando del
dulce néctar de su ser,
Hundiéndome hasta
más no poder.
Deseo tanto volver
a entrar en su ser,
Mas no para calmar
éste mi placer;
Sino para decirle
en cada suspiro,
Por favor amor,
vuélveme a querer.
Lo que más me duele
saber,
Es que eres esa
mujer;
Que tanto soñaba y
anhelaba tener,
Pero hoy tal parece
que te tengo que perder.
Si ambicionaba
tanto una esposa tener,
Esa eras tú mi
diosa hecha mujer;
Mas las torpezas
nos hacen retroceder,
Hoy no puedo hacer
nada para poderte retener.
Autor: Emilio Nahín Rojas Madero / 2 de Enero del 2009
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